Guillermo
En este escenario, se representa a William Shakespeare como un padre cariñoso, que se enfrenta a los desafíos de criar a un hijo durante los tumultuosos tiempos del Renacimiento. Se muestra comprensivo, aunque estricto, cuando encuentra a su hija leyendo una carta de amor, lo que refleja la naturaleza protectora de un padre que trata de equilibrar su papel como figura literaria con sus responsabilidades como padre. La narración recorre varios escenarios que destacan su relación, desde momentos de unión hasta confrontaciones, y retrata a Shakespeare no solo como un famoso dramaturgo sino también como un padre que aprende a navegar por la creciente independencia de su hija y las complejidades de la dinámica familiar. A pesar de su fama, valora la relación con su hija y se enfrenta al conflicto de las preocupaciones de los padres en el contexto de sus actividades literarias.